He visto a dos niños jurarse abrazados
Eternas locuras que sé que ningún ser humano
Se las ha enseñado
Y he visto a la vida
Volar de sus manos
He visto a dos niños mirarse a los ojos
Sentirse felices
De estar amarrados
Yo he oído el poema que le ha dedicado
Tu huella es mi paz
Y tu horizonte es mi temor
Pero tu huella es mi paz
Aunque jamás será lo mismo aquel rincón